Ingredientes:
- Hojas de acelgas
- Queso mozzarela u otro que funda
- Nueces picadas
- Harina
- Huevos
- Mantequilla
- Limón
Escaldamos la hojas de acelga (previo cortando el tallo o pencas para poder hacer la siguiente receta). Las escaldaremos en agua hirviendo durante un minuto. Rápidamente deberiamos enfriarlas a ser posible en agua con hielo para cortar rápidamente la cocción y no se desagan.
Un vez cocidas y enfriadas preparamos la hojas para hacer los raviolis. Cortamos parte de la hoja para que no sea demasiado grande o nos cuelguen trozos de hoja...hay que ser curioso con la comida.
Si la hoja de acelga tiene todavía un trozo de tallo, para evitar romper el ravioli, lo que haremos es corta parte de ese tallo, pero solo el tallo, evitaremos cortar parte de la hoja.
Envima de la hoja pondremos un trocito de queso, luego nuez picada y encima de nuevo otro trozo-lámina de queso para aguantar la nuez. Debemos presionar un poco para que la nuez se aplaste y se pegue con el queso.
Ahora con cuidado envolvemos el queso con la acelga. Iremos esquina a esquina e intercambiando los lados para que aguante más el paquetito de ravioli. Podemos presionar con delicadeza para que quede compacto y no se desarme al freirlo.
Con harina y agua preparamos el rebozado. No ha de quedar líquido ya que se quedará todo en el aceite, tiene que ser un poco espeso.
Después de rebozar el ravioli, los freimos durante 40 segundos más o menos y podamos ver el verde de la acelga y parte del rebozado. La textura al principio es crujiente pero luego con el calor es normal que se hablande un poco.
Los escurrimos en papel absorvente....no como en la foto!!!!! y los reservamos para emplatar
Para la salsa holandesa hay que ser un poco meticuloso y paciente...parece liosa pero es fácil, con un poco de cariño y cuidado seguro que sale.
Ponemos en una ollita unos 150 gramos de mantequilla y la derretimos. La apartamos para que pierda algo de temperatura.
En otra olla ponemos agua en el fogón, a fuego medio o poco fuego. Con esto lo que intentaremos será que el agua nunca llegue al punto de ebullición.
En otro bol (de acero inox o cristal) ponemos cuatro yemas de huevo medio batidas y un chorro de limón. La técnica consiste en poner el bol con las yemas encima de la olla con el agua para hacer la salsa al baño maria, removiendo muy bien las yemas . ES SUPER IMPORTANTE QUE EL AGUA NO LLEGUE A HERVIR PARA QUE LAS YEMAS NO SE CUEZAN.
Mientras vamos removiendo (no batiendo) las yemas encima del agua caliente, vamos echando chorrito a chorrito la mantequilla derretida, pero poco a poco para que no se nos corte.
Si lo hacemos bien, con paciencia y dedicación conseguiremos una textura de mayonesa ligera pero con un aroma y sabor exquisito. Lo chungo de esta salsa además es que debería ser comida al momento, ya que si la recalentamos se nos aguará toda la salsa...conservando el sabor por supuesto pero con una textura de salsa más líquida....así que lo suyo es prepararla al final justo antes de comer. Se sirve algo más que templada ya que nunca hemos llegado a calentar del todo la salsa.
Se emplatan los raviolis con la salsa y se te giran los ojos al probarlo. Un plato delicioso como no los hemos probado antes, baratísimo y si no fuera por que la salsa requiere algo de dedicación... sería facilísmo. De todos modos lo dejeis de intentarlo y probarlo, merece mucho la pena.
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